domingo, 21 de julio de 2013

Mi Guía para Gordos Sevillanos

En esta época de mi vida, concretamente en el mes de Junio y Julio, a lo mejor un poquito de Agosto, estoy leyendo más de lo que pensaba leer, de hecho, tendría que estar leyendo cosas de mi tesis, pero es que me encanta leer e involucrarme en las historias que los escritores nos quieren mostrar. Elvira Lindo (@elviralindo) tiene la culpa. Si Si, tu! Señorita! 

Después de leer Mejor Manolo, he querido conocer más allá de ese mundo de Carabanchel Alto, lo que no me podía imaginar es que iba a ser a Nueva York (Ojo! que aun no me he acabado el libro). Pero, en este caso quiero hacer Mi Guia para Gordos Sevillanos tal y como me has mostrado en tu libro "Lugares que no quiero compartir con nadie". Estaba leyendo sobre los Bagels o esas galletas de la tienda de las mujeres, las cuales todo el mundo comía  en mitad de la calle. Pero eso no sólo ocurre en NY, de hecho, iba leyendo y me estaba acordando de ciertas cosas que nosotros los Sevillanos también tenemos y aun más en esta época del año, donde a modo de caracoles y una vez transcurrida la jornada de sofocante calor, salimos a la calle en busca de nuestra fresquita Cruzcampo y en su defecto, Helados de Raya o de la Fiorentina.
 



En esta Guia que te quiero mostrar no son aptas las comidas que no engordan y lo típicamente turístico






Empezamos, tomándonos una tostá de Manteca Colorá a ser posible en el Bar de los Hermanos Perea, en la calle Federico Sánchez Bedoya. Esta delicatesen estará acompañada por un café con leche (sin sacarina), debemos echarle azúcar como marca el protocolo. Ah! y se me olvidaba, para paladares exquisitos como el mío, pedir la leche fria, porque sino puedes prolongar la estancia considerablemente debido a la temperatura del vaso. En caso de urgencia, siempre quedará el remedio de mi abuela, "hija, pide otro vaso que vamos a echar el café de un vaso a otro, ya verás como se enfría".

Continuamos, existe una variante de desayuno en función de si el día es laborable o no. Es decir, si es laborable, desayunamos dos veces, una en casa y otra en la calle a mitad de la mañana, eso engorda una barbaridad. Comprobado por mis carnes fofas actuales. En el caso de ser día de fiesta, no se desayuna en casa y nos esperamos a llegar a un bar donde haya mucha gente (que eso es importante porque significa que el desayuno es bueno) y pedimos lo que os he comentado antes. Atención, un desayuno sevillano no implica bollería industrial, en todo caso una cuña de chocolate del Polvillo o churros con chocolate de los gordos gordos.

Ya nos adentramos en un momento importante del día (esto sólo es si es festivo, muy importante) La hora de la Cruzcampo. Que no de Mahou, ni Estrella...  

C-R-U-Z-C-A-M-P-O. Busquen la original.

"¿Quedamos para tomarnos una cervecita? ¿Dónde? en el Salvador mismo..."

De gordos es tomarse más de una. Eso se consigue con buena compañía, sol (sin excederse) y conversación animada. 

Para la comida, si nuestros bolsillos lo permiten y es la fecha, empezamos con una buena tapa de Caracoles o Cabrillas con tomate, ¡con PAN para mojar! eso es de super gordos. Ahí podemos conseguir un BONUS EXTRA, si nos comemos todo el pan que nuestro camarero del lugar nos ha puesto por delante. Cuanto más guarro es el local, más rico están los Caracoles. 

 


La ecuación es directamente proporcional:

MMMMMM= guarrería de local * caracoles

Es directamente proporcional. ¿Lo veís? sino, ya veréis.




La comida, ¡ay! ¡la comida! Tengo tanto para elegir, un montadito de Pringá en las Columnas (Mateos Gago), unas croquetas con bechamel en Casa Ricardo (Junto a San Lorenzo), Pollo Frito en el Galvez (Nervión)... Acepto sugerencias de mis lectores en los comentarios para una futura entrada en el BLOG.

De postre, un HELADO DE RAYAS en la calle Almirante Apodaca o en Reyes Católicos de Nata con caramelo y mi descubrimiento de hace poco tiempo, la Fiorentina con sus helados de Palmera de Huevo, Torta de Polvorón, de Tortas de Aceite de Inés Rosales... No vale comerse de otros sabores que no engorden. Ojo! Que se pueden mezclar y ponerte dos sabores en la misma tarrina.

Ahí ya estamos que no podemos más, nuestro sueño se incrementa por momento. Dejamos un momento de libre elección ya que si es verano debemos resguardarnos en un lugar seguro anti-sol. Cuidado con las gargantas sensibles y el aire acondicionado, como es mi caso.

Para la merienda, me tomaría un pastel de la Campana o de Ochoa en la calle Sierpes. Parecerá una tontería pero desde pequeña estoy antojada de una torta de Polvorón de la pastelería que está en la Avda. de la Constitución junto al Ayuntamiento y aun no he saciado mi antojo. Muy importante, en este horario no son aptas las franquicias americanadas. Aunque os confieso que soy adicta a las napolitanas de chocolate y las Mufins de los Starbucks... Si, es un error antisevillano, ¿pero qué hago? En este momento del día, también podemos incluir los bocadillos del Polvillo con el pan artesano que nos ha comprado nuestra madre o en su defecto, abuela, que sigue blandito y le introducimos chorizo de Revilla. 


La noche... se supone que por la noche debemos comer menos porque sino dormimos mal. En este caso, no se por qué pero los Serranitos Especiales (que llevan tortilla incluida) están a la orden del día. Acompañados de una cervecita para que esponjen bien. Pero el serranito sólo será aceptado si lleva jamón, su filete de cerdo o pollo, pimiento verde y sobre todo, que escurra el aceite por el brazo, sino, no vale.





Una vez aquí, ya habréis superado el nivel experto de gordos sevillanos, necesitaréis un Omeoprazol antes de dormir y al día siguiente, ya no pediréis patatas con el Serranito, diréis: mejor con ensalada, por favor. 
  
Bueno y aquí os dejo, que me voy a tomar la cervecita del Salvador, ahí os quedáis.     

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